La organización sin fines de lucro Espacio Anna Frank (EAF) presentó con un lleno total en dos funciones gratuitas, a las 11 a.m. y a las 4 p.m., el monólogo “Si esto es un hombre”, interpretado magistralmente por el primer actor, director, dramaturgo y periodista, Javier Vidal, quien conmovió al público presente en el Centro Cultural Chacao con su interpretación del escritor y químico judeo-italiano Primo Levi. Dirigida por la actriz y productora Julie Restifo, con guión de Omar Gonzalo, esta obra evoca la experiencia cotidiana de Levi durante su confinamiento en el campo de exterminio nazi de Auschwitz, en Polonia, durante la Segunda Guerra Mundial, para insistir en algo que es necesario que no se olvide: el Holocausto. Y es que continúan ocurriendo situaciones que hacen pensar que algo así podría volver a ocurrir. El público reconoció la actuación de Vidal con una ovación total.
En sus palabras introductorias, el embajador Milos Alcalay, Presidente de EAF, explicó que Venezuela también recuerda y se une al mundo para atender la resolución con la que, en noviembre de 2005, la Asamblea General de las Naciones Unidas –reafirmando que el Holocausto será siempre una advertencia para todo el mundo de los peligros del odio, el fanatismo, el racismo y los prejuicios– designa el 27 de enero como el Día Internacional de Conmemoración Anual en Memoria de las Víctimas del Holocausto. “La conmemoración In Memoriam de EAF se realiza anualmente desde el 2006, para llevar adelante la visión de la coexistencia, la convivencia y el respeto a los otros”, dijo Alcalay. “In Memoriam no es sólo para motivar a los jóvenes sobre lo que significó el horror del Holocausto, sino para hacerlo con la bondad de la construcción de una nueva sociedad en libertad, respeto, amor y tolerancia. Primo Levi fue, en 1947, el primer autor que habló sobre el Holocausto con su obra ‘Si esto es un hombre’ para que hechos de esta naturaleza no se vuelvan a repetir jamás”.
“Para escribir este libro he usado el lenguaje mesurado y sobrio del testigo, no el lamentoso lenguaje de la víctima, ni el iracundo lenguaje del vengador: pensé que mi palabra resultaría tanto más creíble cuanto más objetiva y menos apasionada fuese; sólo así el testigo en un juicio cumple su función, que es la de preparar el terreno para el juez. Los jueces sois vosotros”, son las últimas palabras de Levi en su obra. A su llegada a Auschwitz fue tatuado con el número 174517, donde pasó 11 meses; providencialmente, padecer de escarlatina lo clasificó como “incapacitado” para marchar cuando comenzó la evacuación de los prisioneros, el 18 de enero de 1945, en las Marchas de la Muerte. Los SS alemanes ejecutaron a todo aquel que dejara de caminar. Pocos sobrevivieron, muertos de agotamiento y asesinados en la cuneta de los caminos. Finalmente, el 27 de enero de 1945, el ejército soviético liberó Auschwitz, el mayor campo de exterminio nazi.
La puesta en escena del monólogo contó con el apoyo de las Embajadas de Alemania, Argentina, España, Francia, Italia, Holanda, Suiza y Polonia, así como del Centro Cultural Chacao. El Embajador de Italia, Silvio Mignano, en sus palabras destacó que “Primo Levi, el gran escritor italiano de quien celebramos en este 2019 los cien años de su nacimiento, esta inmensa figura de la cultura italiana, europea, judía, universal, irrumpió con la fuerza que solamente poseen las palabras –como un enorme bloque de hielo en los corazones de la Humanidad, herida por la guerra y con conciencia reciente del abismo criminal que se había cometido en la propia médula del continente europeo– con su extraordinario libro Se questo è un uomo, ‘Si esto es un hombre’, contemporáneo con la publicación del conmovedor ‘Diario de Anna Frank’”.
“De Primo Levi, más allá de la extraordinaria calidad literaria, de auténtico escritor, resaltó en esos días –a la vez de esperanza y de angustia– la descripción de cómo la brutalidad de la persecución incidiera sobre el deseo irreprimible de normalidad al que se aferran los hombres incluso en las situaciones más atroces: «¿No haríais igual ustedes? Si fuesen a mataros mañana con vuestro hijo, ¿no le daríais de comer hoy?». En estas palabras no habla solamente el desesperado deseo de aferrarse a la normalidad, también habla el amor, la vida que sigue hasta el extremo instante, hasta el supremo pálpito, hasta que alguien no la cancele con su gesto injusto y brutal: es la rebelión callada de nuestras células, de nuestro cuerpo y, a la vez, de nuestra alma, ante la negación de la Humanidad y del individuo”, señaló el Embajador Mignano. “El título del libro de Primo Levi no se debe interpretar como una pregunta: Si esto es un hombre es una afirmación. En realidad, es la afirmación de la igualdad entre las personas, justo en el momento y el lugar en los cuales con mayor fuerza se intenta denegarla”.
Por su parte, el Embajador Daniel Kriener, de la República Federal de Alemania, afirmó que “el 27 de enero, día de la liberación de Auschwitz, es una fecha para conmemorar a través de los testigos. Y el Parlamento alemán (Bundestag), así lo está haciendo hoy. Alemania está muy agradecida de que las víctimas del Holocausto hayan compartido su experiencia del crimen más grande de la humanidad. En unos años no vamos a tener a los testigos, pero no vamos a perder la oportunidad de recordar el Holocausto y el intento de exterminar a los judíos. Para los alemanes, el 27 de enero de 1945 es una fecha bastante reciente e importante, porque no vamos a permitir que se oculte lo que pasó, a pesar de que los nazis trataron de borrar todas las huellas, y sólo por el esfuerzo de los sobrevivientes se supo lo ocurrido para que nunca jamás se permita un crimen de esa magnitud”.
Visual y argumentalmente contundente, “Si esto es un hombre” cumplió con su cometido de ofrecer una experiencia moralmente significativa y una elevada muestra de calidad artística. La iluminación estuvo a cargo de Juan Carlos Ogando y contó con un conmovedor videoarte realizado por Daniel Hannery. La fotografía fue responsabilidad de Samuel Hurtado. La fuerza del Primo Levi interpretado por Javier Vidal, el poder de sus palabras en el escenario, junto con las imágenes y la música, emocionó al público presente y dejó claro que no olvidar el Holocausto es un compromiso ineludible. Porque el Holocausto es un recuerdo insoslayable, cuya latencia y potencial repetición sólo se pueden combatir mediante su divulgación entre las nuevas generaciones.